Rocas (rocaseneltiempo)
Atardecía en el mes de julio. Natalio lavó prolijamente la azada, tapó las plantas más sensibles a las heladas… tomó leña, alimentó a su vieja cocina… y preparó el mate… pronto llegaría su amigo de tantos años…como todos los viernes y jugarían naipes.
Al llegar Luís comenzaron la rutina pero esta vez le intrigó una bolsa que colgaba de un gancho y preguntó que era…
§ “Ah, sí, son unas semillas que me dejó el hombre del carromato blanco… siempre pasa… ya las sembraré…”
Y así lo hizo… entonces, concluido el tiempo, las semillas se hicieron tallos…y luego troncos… y así terminaron en inmensos y frondosos árboles de hojas blancas que al moverse emitían un sonido como de campanitas…
¡Oh, Dios!... el pueblo entero podía oír este repiqueteo y llegaban para admirar la majestuosidad y la belleza de estos árboles…
Al amigo de Natalio no le iban bien las cosas… entonces Natalio le propuso que si armaba algunas mesas y sillas debajo de los árboles y servía comida al paso y jugo de los frutos de sus árboles les cosas podías llegar a cambiar.
Abedugu (naturalezamaravillosa)
Y muchos fueron los que llegaron…tantos, que Natalio comenzó a soñar debajo de esos árboles con la presencia de innumerables viajeros…muchos de ellos importantes personalidades. Observó que muchos de los que llegaban por distintos motivos se conocían y que estaban enemistados,… se iban reconciliados.
Al llegar el otoño las hojas comenzaron a caerse. y en el mismo momento que cayó la última se escuchó el ruido del carro del vendedor de semillas… se saludaron ambos:
§ “¡Escuche!… ¡Paare! Paare!... ¡Usted no sabe!”
§ “Ya sé, todo irá bien…”
§ “Pero ¿cuál es el nombre de las semillas que me vendió…? Las que me quedan son para otros… ellos también las necesitan, hacen falta en muchas partes… y ahora me cabe otra pregunta - gritó desde la tranquera Natalio - ¿Y usted quién es?”
§ “Oh Natalio… son las semillas de la paz, y tú me conoces desde siempre… he sentido tu mano cuando cuidas, hablas y acaricias a cada uno de los tuyos… cuando has hecho nacer una nueva flor… y cuando procuras refrescar la tierra. ¡Hasta el año que viene! - dijo el dueño del carromato.
Natalio quedó en medio del camino como hipnotizado y en el lugar donde vio al carro alejarse solo quedó una suave luz que iluminaba aquella tarde de otoño…
COMO A NATALIO, EL SEÑOR AL FINAL DE NUESTRA COSECHA, NOS PEDIRÁ CUENTAS DE LOS FRUTOS QUE SEMBRAMOS Y DE NUESTRA CARIDAD CON EL PRÓJIMO…
La columna del Hermano José
hermano-jose.blogspot.com
Tomado de su blog con su debido permiso
Atardecía en el mes de julio. Natalio lavó prolijamente la azada, tapó las plantas más sensibles a las heladas… tomó leña, alimentó a su vieja cocina… y preparó el mate… pronto llegaría su amigo de tantos años…como todos los viernes y jugarían naipes.
Al llegar Luís comenzaron la rutina pero esta vez le intrigó una bolsa que colgaba de un gancho y preguntó que era…
§ “Ah, sí, son unas semillas que me dejó el hombre del carromato blanco… siempre pasa… ya las sembraré…”
Y así lo hizo… entonces, concluido el tiempo, las semillas se hicieron tallos…y luego troncos… y así terminaron en inmensos y frondosos árboles de hojas blancas que al moverse emitían un sonido como de campanitas…
¡Oh, Dios!... el pueblo entero podía oír este repiqueteo y llegaban para admirar la majestuosidad y la belleza de estos árboles…
Al amigo de Natalio no le iban bien las cosas… entonces Natalio le propuso que si armaba algunas mesas y sillas debajo de los árboles y servía comida al paso y jugo de los frutos de sus árboles les cosas podías llegar a cambiar.
Abedugu (naturalezamaravillosa)
Y muchos fueron los que llegaron…tantos, que Natalio comenzó a soñar debajo de esos árboles con la presencia de innumerables viajeros…muchos de ellos importantes personalidades. Observó que muchos de los que llegaban por distintos motivos se conocían y que estaban enemistados,… se iban reconciliados.
Al llegar el otoño las hojas comenzaron a caerse. y en el mismo momento que cayó la última se escuchó el ruido del carro del vendedor de semillas… se saludaron ambos:
§ “¡Escuche!… ¡Paare! Paare!... ¡Usted no sabe!”
§ “Ya sé, todo irá bien…”
§ “Pero ¿cuál es el nombre de las semillas que me vendió…? Las que me quedan son para otros… ellos también las necesitan, hacen falta en muchas partes… y ahora me cabe otra pregunta - gritó desde la tranquera Natalio - ¿Y usted quién es?”
§ “Oh Natalio… son las semillas de la paz, y tú me conoces desde siempre… he sentido tu mano cuando cuidas, hablas y acaricias a cada uno de los tuyos… cuando has hecho nacer una nueva flor… y cuando procuras refrescar la tierra. ¡Hasta el año que viene! - dijo el dueño del carromato.
Natalio quedó en medio del camino como hipnotizado y en el lugar donde vio al carro alejarse solo quedó una suave luz que iluminaba aquella tarde de otoño…
COMO A NATALIO, EL SEÑOR AL FINAL DE NUESTRA COSECHA, NOS PEDIRÁ CUENTAS DE LOS FRUTOS QUE SEMBRAMOS Y DE NUESTRA CARIDAD CON EL PRÓJIMO…
La columna del Hermano José
hermano-jose.blogspot.com
Tomado de su blog con su debido permiso
13 comentarios:
Bonita historia..
Un abrazo
Saludos fraternos
Que disfrutes de tu fin de semana
Por eso tenemos que preocuparnos por lo que sembamos y como lo hacemos.
Besos Y feliz fin de semana.
Que bella histotia amiga una hermosa entrada, vengo desde mi casa a conocer la tuya y agradecerte la visita, no suelo visitar mucho, pero si conocer a todo el que llega a mi casa y abrazarlo con mi luz desde israel.Gracias.
em portugués:
colherás o que semeias...
muy verdad...
hay qye hacer el esforzo para tornar la vida más facile e verdadera
abrazo serrano y europeo
Bella historia, para tener en cuenta en esos momentos en que uno flaquea.
Un abrazo desde Rosario
YA TE ENCONTRÉ... AHORA QUE TENGA UN TIEMPO VERÉ TU BLOG CON DETENIMIENTO.
BENDICIONES POR CASA
HNO. JOSE PAJARES
Una historia dulce, con una lección de vida que se debe tomar en cuenta.
Abrazos,
Que lindoooooooooooo! es como la Presencia se manifiesta y cómo nosotros la acogemos en nuestras vidas...Siempre está, jamás abandona, somos nosotros, en el ajetreo mecánico de la vida que nos alejamos y nos "enfriamos"...
Que lindas tus imágenes, que acertadas.. me ha conmovido y alegrado a la vez!!
una bella semana mujer!!
Ali
Las cuentas serán:
Fuiste feliz? Porque no lo fuiste, si hice un mundo estupendo para ti?
Paz&Amor buena amiga
Isaac
Si vivimos plenamente, y confiamos y agradecemos, nuestra Vida se colmará de bendiciones... las preocupaciones sólo nos alejan de la paz del corazón!!!
Un abrazo!!!
Lidia
Por siempre hay que dar amor, y alegria, a todos!
Es muy cierto un día rendiremos cuentas a nuestro Señor,y aunque así no fuera aquí mismo en la tierra todo vuelve,si hacemos el bien cosecharemos buenos frutos es así! un abrazo Silvia y gracias por estas reflexiones que tnto bien me hacen!
Querida Silvia, siempre se cosecha lo que se siembra tarde o temprano.
Somos trabajadores de esta tierra hermosa que Dios nos ha regalado, para abonarla y dar buenos frutos en nuestras almas y acciones.
Nuestra misiòn es esa entre muchas otras, sembrar, sembrar, por donde vayamos para ir cosechando lo mejor para todo aquel que no posee buenas semillas.
Todos podemos cambiar y mejorar en un momento dado.
Jesùs siempre nos acojerà.
Hermoso texto amiga.
Mil besos y que tengas un bello dìa.
Agualuna-Sussy
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