Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos
padre de providencia porque socorres con grandes milagros
a cuantos te invocan en sus necesidades:
acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor
los deseos que confiadamente deposito en tus manos.
Haz que estas gracias, que ahora te pido,
me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia,
sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo
y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.
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1 comentario:
Si... Dios nos da todo....
Tenemos que estar abiertos a recibir, y a tomar lo que nos da.....
Besos
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