domingo, 2 de noviembre de 2008

2 de Noviembre- Conmemoración de los Fieles Difuntos

Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor.
(Apocalipsis 14, 13)

Un santo ermitaño se cruzó en el camino con un monje
de Cluny y le rogó dijese a San Odilón, abad de ese monasterio,
que los demonios se quejaban por el número de almas
que sus oraciones y la de sus religiosos libraban del purgatorio.
En cuanto lo supo, el santo abad ordenó a toda su Orden
que consagrara el segundo día de noviembre para orar
por la liberación de las almas del purgatorio.
Esto fue en el año 998.
Esta costumbre, adoptada enseguida por otros monjes
y por la diócesis de Lieja en 1008, se extendió gradualmente
en todo el Occidente.

MEDITACIÓN SOBRE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

I. Las almas del purgatorio sufren la pena de daño, porque están privadas de la vista de Dios. ¡Qué cruel es esta separación! La naturaleza y la gracia los impulsan violentamente hacia Dios, pero no pueden llegar hasta Él. Lo que les causa más pena es ver que su dicha es aplazada porque, en la tierra, gozaron de algunos leves placeres que les estaban prohibidos. Ten piedad de estas almas y, con tus mortificaciones, trabaja por retirarlas de esta triste morada.

II. Estas almas son atormentadas por el mismo fuego que atormenta a los condenados, su pena es la misma; la única diferencia está en que los condenados sufrirán toda la eternidad y las almas del purgatorio solamente un tiempo. Puedes abreviar este tiempo con tus oraciones, ayunos y limosnas. ¿Negarás esta caridad a tus padres, a tus hermanos cristianos que te la piden? Oye su queja: ¡Tened piedad de mí, tened piedad de mí, por lo menos vosotros que fuisteis mis amigos!

III. Estas santas almas, sin embargo, tienen consuelos en medio de sus suplicios, porque están resignadas a la voluntad de Dios que en ellas se cumple para purificarlas, y porque ven, por un lado, el infierno que evitaron, y por el otro, el cielo que las espera. Cristianos, aprended de ellas cómo hay que sufrir y pasad lo más que podáis vuestro purgatorio en esta vida; sufrid con la misma fortaleza y la misma esperanza que las almas del purgatorio. Señor, purificadme en esta vida, a fin de que después de esta vida escape de las llamas del purgatorio (San Agustín). La devoción a las almas del purgatorio.

Orad por su liberación.

ORACIÓN

Oh Dios, Creador y Redentor de todos los hombres, conceded a las almas de vuestros servidores y servidoras, la remisión de todos sus pecados, a fin de que obtengan por nuestras humildísimas oraciones el perdón que ellas siempre han deseado. Vos que vivís y reináis en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

(Internet). TradiciónCatólica.comwww.tradicioncatolica.com/

1 comentario:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Hola amiga.
Agradezco cada vez que mejas una huella en ese rincón, de todos, que dejo para vosotros.
No hace demasiado tiempo que la iglesia católica dejó anulado el término de purgatorio.
Personalmente no cambie mi ánimo por esa manifestación.
Siento que todos contribuimos en esa labor de constante creación que se nos comunicó.
Unos segadores comienzan al alba, otros a la mitad de la jornada y algunos más en el momento del ocaso. Todos recibiremos el mismo salario.
La ventaja de los que inician la labor al alba es que anticipan el Reino anunciado.
Es solo una sensación.
Besos.